El aprendizaje autónomo es un proceso que permite al
estudiante ser autor de su propio desarrollo. La estimulación de este
aprendizaje persigue, esencialmente, junto a la generación de espacios de
libertad curricular, lograr: un grado de autonomía que lo habilite para su propio
gobierno, el aprendizaje continuo, la toma de decisiones y la gestión independiente.
Por ello es esencial que tenga en cuenta: la
contextualización de los aprendizajes, la reflexión personal, la construcción de
conocimientos, la aplicación práctica de los mismos y la evaluación del proceso
realizado.
En la clase es tarea prioritaria lograr que el
estudiante sea autónomo y estratégico, es una competencia imprescindible para
sobrevivir y progresar en una sociedad configurada por cambios rápidos e
imprescindibles. Por este motivo no hay duda de que, actualmente,
formar a los estudiantes para la autonomía en su aprendizaje es una de las principales
finalidades de la educación formal sea cual sea el nivel educativo en donde nos
situemos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario