El profesor estratégico

Según la M.Sc. Dania Regueira Martínez de la  Universidad de Ciencias  Pedagógicas “Rafael María de Mendive”. Pinar del Río Cuba. El profesor estratégico se define como “[...] un personal que posee unas habilidades regulativas que le permiten clasificar, monitorear y evaluar sus procesos cognitivos tanto en el momento de aprender los contenidos que ha de enseñar como en relación a su actuación docente, mientras negocia con los estudiantes los significados del contenido que se asocia al desarrollo de la destreza con criterio de desempeño que se propone enseñar”. 

El profesor estratégico, debe transferir aspectos y utilizarlos en la preparación de sus actividades curriculares. Entre estos aspectos están, el análisis de los diferentes elementos que influyen en el aprendizaje, conocer los diferentes tipos de aprendizaje y el uso estratégico de los mismos, la relación entre el uso estratégico de los procedimientos y técnicas de aprendizaje con las diferentes habilidades cognitivas y la reflexión, el uso de los procedimientos más adecuados para favorecer el proceso de aprendizaje.

Un profesor estratégico debe cumplir con los siguientes requisitos, “[...] entrenamiento y práctica en el uso de procedimientos de aprendizaje, revisión y supervisión en la utilización de éstos y análisis del resultado de los procedimientos y de su utilidad en situaciones educativas reales”

Se plantea que “[...] la actuación estratégica exige del docente una actuación intencional en el empleo estratégico de sus recursos procedimentales en el sentido: de planificar su acción didáctica, guiando e induciendo estrategias de aprendizaje en sus alumnos”.

La actuación estratégica el profesor revela la vigencia del componente académico e investigativo cuando busca, comprende y procesa la nueva información y cuando inserto en el componente laboral, planifica su actuación didáctica, guiando e induciendo estrategias de aprendizaje en sus estudiantes.

Esta concepción teórica que aspira a desarrollar una enseñanza estratégica tiene como objetivo esencial el autorregular su aprendizaje. En ella, el profesor debe asumir una posición de guía y orientación que conlleve a la reconstrucción del conocimiento, con el fin de lograr el aprendizaje estratégico.

El uso de las estrategias de aprendizaje conducen al empleo del aprendizaje estratégico en función de un plan compuesto por diferentes procedimientos; con el objetivo de hacer eficiente el aprendizaje, pero para ello “[...] debe dominar un sistema de estrategias de aprendizaje, las aplica y es que puede producir nuevas estrategias en concordancia con las situaciones enfrentadas y las metas concretas a alcanzar”.

 
Existe una relación relativa entre estrategia de aprendizaje y procedimiento de aprendizaje, esta depende del nivel curricular y de la intención del objeto de aprendizaje que se pretende alcanzar, relacionadas con los tipos de estrategias.

Esta posición es defendida por diferentes autores: Pozo J. I. (1996), Castellanos D. (2001), Fariñas G. (2004), Rodríguez Y. (2009) y Pérez V. (2009) quienes consideran que el uso de la metacognición guarda estrecha relación con el aprendizaje estratégico, ya que requiere de una práctica reflexiva y sistemática, es intencional, planificado, se utilizan procedimientos para realizar una determinada tarea y se diseñan estrategias para su análisis, se solucionan problemas, donde se conscientiza y reflexiona con respecto a la manera en que se aprende a aprender durante su solución. Otro aspecto significativo y consensuado es la planificación del aprendizaje y la motivación por la tarea que realiza.

El aprendizaje estratégico por tanto, puede considerarse como parte importante del profesor; donde el carácter autorregulado, reflexivo, planificado, regulado, formativo, socializador, problémico, intencional y transformador deviene en características esenciales de su buen desempeño.