El pensamiento estratégico se
trata de un nuevo replanteamiento de las relaciones profesor- estudiante-conocimientos,
donde el alumno se haga cada vez más independiente,
más responsable de su propio proceso de aprendizaje a partir de la creación de condiciones muy peculiares
de aprendizaje donde se consideren
variables tanto personales, como estratégicas y de tareas, hasta convertirse en
verdaderos recursos “personalizados”, aunque no exentos de fuertes componentes
sociales y humanísticos , lo cual constituye un reto para la educación
contemporánea.
Uno de los factores que más
contribuye al progreso del aprendizaje de los estudiantes es el grado y sobre
todo el modo en que se estudien los estudiantes. Para ello se hace necesario
introducir dentro del propio curriculum de enseñanza las estrategias de
aprendizaje autónomas que permitan alcanzar el objetivo de “aprender a
aprender”. Para que las estrategias de aprendizaje se asimilen y puedan
transferirse y generalizarse es preciso que se enseñen y se instrumenten a
través de las diferentes áreas curriculares, si no se seguirán produciendo los
mismos fracasos que esta ahora se han venido obteniendo (Latorre y Rocabert,
p.148, 1997).