En cuanto al papel del profesor en la promoción del aprendizaje
significativo en los estudiantes, está claro definitivamente según Augusto Pérez-Rosas Cáceres http://desarrollointelectual.com/site/wp-content/uploads/2010/12/ponencia06.pdf
(consulta del 21 de enero del 2012) no es suficiente
que actúe como transmisor de conocimientos o facilitador del aprendizaje, si su
práctica es aquella debería renunciar, porque tiene que mediar, orientar,
monitorear y guiar la actividad constructiva de sus alumnos, brindándoles las
estrategias y tácticas adecuadas y pertinentes a su nivel de competencia.
“Si pretendemos que los estudiantes usen el pensamiento de manera
sofisticada, creativa y que también logren procesar rápidamente la información,
así como que estén dispuestos a pensar de verdad y abrir sus mentes, se
requiere de la mediación de los profesores y padres de familia, a través de una
metodología interactiva que facilite el aprendizaje significativo. Los
aprendices tienen a los mediadores en la tarea de aprender más y mejor, lograr
un aprendizaje significativo y aprender a aprender.” (Pérez-Rosas, 2005:4)
El profesor instruccional se caracteriza por impartir mucha
instrucción, verbalizar demasiado, brindar excesiva información, transmitir
sólo conocimientos, centrar sólo en el producto o resultado y descuidar los
contenidos procedimentales. No ha tomado conciencia de la necesidad de formarse
como estratega en el aprendizaje estratégico y de ser un mediador y promotor de
la cultura de aprendizaje en su vida, como profesional de la educación. Es un
docente que no desarrolla capacidades, aptitudes y destrezas intelectuales en
sus estudiantes; no enseña a pensar y no forma un pensamiento estratégico y
sistémico en los aprendices.
El
profesor estratégico que promueve el aprendizaje significativo en el aula, es
un mediador consciente de que hay que hacer todo sumamente explícito y que debe
provocar el conflicto cognitivo, sin dar mucho instrucción, ni verbalizar
demasiado. Es un docente que estimula de manera intencional el aprendizaje
deductivo a través de procedimientos estratégicos y obtiene en sus alumnos un
conocimiento declarativo, procedimental y condicional. Selecciona y organiza la
información y los procedimientos para enseñar y para aprender en función del
conocimiento de los estudiantes.
Es
consciente de que tiene que cambiar sus esquemas cognitivos, que debe ir en
busca de los conocimientos previos y que las tareas deben ser de nivel alto
para enseñar a pensar y provocar desafíos en los aprendices. Es consciente que
debe dar poca instrucción pero mucha metacognición
para el desarrollo de habilidades de pensamiento en los estudiantes. Se siente
referente, modelo, ejemplo y utiliza la conducta metacognitiva en su actuación
como monitor y director del aprendizaje de los aprendientes. Sustenta dicha
actuación en la negociación de significados, y provee de pautas, guías y
ejemplos para provocar la reflexión.
El
profesor estratégico rescata los conocimientos previos de los estudiantes;
enseña a tomar decisiones respecto a modos de aprender y los procedimientos a
usar; enseña a reconocer el contexto o las condiciones en que se presentan las
tareas. Está preocupado por el proceso de aprendizaje, por una estructura de
clase que enseñe a aprender y a pensar y no meramente por el producto o
resultado.
El
profesor que aplica la metacognición en el aula, se constituye en el mediador,
el puente entre la estructura conceptual de la disciplina y la estructura
cognoscitiva del sujeto que aprende. Es el experto que posee un pensamiento
estratégico para enseñar a pensar a través de estrategias de aprendizaje y no
meras instrucciones. Está convencido de que lo que se tiene que transferir y
estimular, para nuevos aprendizajes, son los procesos mentales y que lo medular
es que los alumnos entiendan el proceso de un estudio bien hecho, que los
llevará al desarrollo del pensamiento y a un aprendizaje científico.
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