ESMERALDAS
Esmeraldas tierra de tambores,
de vibrar sonoro, murmullo
del mar.
Sus mujeres son joyas preciosas,
de ritmo ondulante al
andar,
como olas del mar.
Su Río Esmeraldas,
larga cabellera de plata y marfil,
se tiñe en el mar.
Su Río Esmeraldas,
de largos cabellos,
arrastran el crujir
de aguas de lejanas montañas,
apacibles se enredan cruzando los valles,
trasladan el oro de sus riberas,
alimentando al mar.
El mar en su llenura infinita,
con sus brazos de olas,
abraza sus caderas de playas y
caletas en pleno movimiento de marimba y tambor.
Tiene belleza el son de la marimba,
en rítmica canción
que no suelta sus caderas
hasta morirse
en el reventar del tumbo,
quedando extasiado como espuma en la arena mojada,
que levantada por el viento baña el bello palmar.
Sus montañas, llanuras, playas y lagunas
son perlas
preciosas, que la adornan,
acogedora recibe en su seno por igual,
al hombre que
se enamora de su bello verdor.
Desde mar adentro en la más oscura noche,
se ve su
resplandor de luz, amor,
generosa sin par, manto en movimiento:
jolgorio,
andarele, currulao,
rutilante brillo de perlas
cubren su silueta de extendido perfil.
Esmeraldeña
es la negra, mulata, chola, campesina del campo y la ciudad,
dulzura en su sonrisa,
graciosa en su caminar,
encanto siguiendo al son del tambor y los timbales,
adornan el paisaje al caer el sol.
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