Tuvimos muchos
hermanos en
todos los tiempos y
lugares,
entregados con fe revolucionaria,
a la causa del amor y
la libertad
de los oprimidos,
allá en campos,
ciudades por el capitalismo y
sus guerras de rapiña.
Hombres y mujeres de
mentes,
de corazones nobles
que no
los conocimos, ellos
asumieron
con conciencia la
batalla de las
ideas, en defensa de
vosotros.
En todos los tiempos
perseguidos
fueron, expatriados,
desterrados,
desaparecidos, enterrados
en
fosas comunes para
desaparecer
sus huellas
encarnadas en raíces.
Ideales insurgentes, irradiados
como semillas, en
libros, versos
y canciones, al mundo
entero
dieron luz para andar
los senderos.
Fueron grandes compositores,
cantantes de las
llanuras, y
altas cumbres de la
serranía,
de plástica, canciones
y palabras:
con la que la alegría
se tornó rima,
con acústicos tambores
y timbales,
cada redoble por vida
digna,
mil sones al trabajar
viviendo.
Estudio crítico del
desaprender el
eurocentrismo
recolonizador del
pensamiento
fetichizado.
Por defender la
independencia,
el socialismo, la
patria buena,
los persiguieron de
norte a sur
por los montes y los
valles,
por las ciudades,
barrios y calles,
masacrados por
mercenarios,
fusilaron a la señora
utopía,
intentando vanamente,
matar
la idea, el
pensamiento del
verdadero humanista:
Marx, Lenin, Miranda,
Bolívar,
Sucre, Martí, Fidel,
Allende
Miguel Enriquez,
Neruda,
Ernesto Guevara, Chávez,
son muchos y muchos
más, con
su muerte renacieron
millones
y hoy América Latina crece,
triunfa por doquier,
con bravura y
heroísmo, ¡patria
buena nace ya!