“Educar es en esencia un acto de amar”,
en consecuencia las estrategias educativas de aprendizaje implican la
organización de un proceso de formación cuya base es un mundo de convivencia.
En un proceso de mediación entran de juego relaciones sociales interactivas y
afectivas, no desde el poder del saber sino desde la perspectiva del compartir y
aprender juntos. El trabajo pedagógico del docente comprometido con el desarrollo de las
capacidades del niño o joven comporta intrínsecamente la condición amorosa como
una actitud particular de entrega personal, para promover adecuadamente el
acercamiento y disfrute de todas y cada una de las actividades y tareas que se
desarrollan en el aula. El trabajo áulico es un escenario en donde debe reinar
la alegría por aprender, experimentar, construir, indagar y preguntar siempre
más por aprender que memorizar, en la convivencia del aprender el docente debe estar siempre
lleno de tolerancia y asombro; componentes fundamentales que permiten descubrir
y construir sentidos conjuntamente. Esto sólo será posible, si el proceso de
socialización se constituye en un espacio de encuentro, de convivencia, de búsqueda
y construcción, donde lo principal sea la valoración y enriquecimiento de la
práctica social de sus vidas. No podemos hacer de nuestros niños, niñas,
futuros seres amorosos, alegres, curiosos, si los docentes no lo son en su esencia y, más aún, si no lo
procuran proyectar en su hacer cotidiano. No podemos prepararlos para la vida
si no lo insertamos desde cada tema a
una existencia plena de realización humana que supere el estrangulamiento del
sistema capitalista a través de sus medios que educan para los antivalores como son: la agresividad, el
individualismo, el egoísmo y la desesperanza.
lunes, 23 de septiembre de 2013
sábado, 21 de septiembre de 2013
construir sueños: Paulo Freire
Estimados docentes les invito a observar y reflexionar críticamente sobre este hermoso video: construir sueños
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